Un trhiller de acción trepidante, intriga, pasión ,
emoción, magia y romanticismo, escrito con una
prosa fluida no exenta de lírica que engancha y
emociona desde las primeras líneas.

Escrita con un lenguaje atractivo, y con un trasfondo social y moral, ‘El anillo de Uriel’ a pesar de ser una novela repleta de intriga y acción trepidante, , también tiene un toque emotivo , psicológico y mágico que puede resultar atractivo para el público en general, tanto para el que busca entretenimiento como el que pretender “quedarse con algo”.

El autor ha realizado un ejercicio de equilibrio entre calidad literaria y atractivo . Mediante unas descripciones de estilo casi cinematográfico, el lector puede introducirse con facilidad en la trama, haciéndose partícipe de ella. La descripción de los personajes y los pensamientos de estos, procuran que el lector a su vez comparta dichos pensamientos y anhelos, provocando bien la admiración, la simpatía o la antipatía. El lenguaje usado, de prosa fluida no exenta de cierta lírica, lo hace de fácil lectura.


domingo, 19 de febrero de 2012

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IMPRESIONES:
El anillo de Uriel es la ópera de prima de Tito del Muro y su debut en el mundo de la narrativa no podía ser más acertado por los motivos que más adelante iré desgranando.

En primer lugar, una de las cosas que más suelen llamar mi atención es el título de algunas novelas. Muchas veces, es la primera razón que me mueve a leerlas o acercarme a sus sinopsis para hacerme con ellas y el de esta es uno de esos ejemplos. Hay muchas novelas que tienen alguna referencia a anillos, alianzas o cualquier otro adorno de este tipo con alguna connotación metafórica o fantástica. Y en esta novela, también se da esta circunstancia, pues el anillo al que hace referencia el título es un amuleto que protege a quien lo porta. Pero no nos engañemos, no estoy hablando de una novela fantástica sino de un thriller, aunque como historia de ficción que es, también juega con este tipo de entelequia.

Me ha gustado, particularmente, encontrarme con una trama realista, con unos personajes creíbles y unos escenarios fácilmente reconocibles. No se trata ya de que la acción transcurra principalmente en Madrid, sino que cuando se nos presentan otros lugares, como Moscú o Roma, se tiene la misma sensación, porque las descripciones tanto de lugares como de circunstancias o situaciones son soberbias.

Con respecto a los personajes, están muy bien definidos. Si bien, quiero destacar que el protagonista indiscutible es el crimen organizado en diferentes escalas. Por un lado, aparentemente “los malos” son los mafiosos rusos (con la ayuda excepcional de un bufete inglés relacionado con las más peligrosas redes del crimen organizado a nivel internacional). Después hallaremos una serie de personajes principales y otros tantos secundarios, pero todos ellos tienen algo en común: que la percepción que se tiene de ellos es la de que son reales. Con respecto a los mafiosos, responden al arquetipo de aquellos de los que continuamente se nos habla en los informativos de televisión o en la prensa escrita en la página de sucesos; pero luego están los que se creía que eran también “malos” y no lo son, porque estos otros tienen unas motivaciones morales que han traído determinadas consecuencias. Pero más allá de lo primeras impresiones, lo que subyace es que siempre hay alguien mucho peor, con una inagotable capacidad para causar el mal, que sabe mover los hilos del poder y contra esos no hay mucho que hacer.

En cuanto a estilo, se siguen las formas tradicionales: el modo narrativo en tercera persona, omniscente, con un vocabulario sencillo, fluído y directo, donde abundan los diálogos y las descripciones casi cinematográficas. La narración cronológica es lineal, aunque en ocasiones los diálogos nos remiten a otra época, otro momento de la vida de los personajes que nos ayudan a conocerlos más. El desarrollo de la acción es rápido, como corresponde al género. La narración está dividida en capítulos, como suele ser habitual, pero esto es un acicate más, pues aunque por un lado te permite hacer las pausas necesarias, por otro te deja con la sensación de querer seguir leyendo más y más páginas.

El final queda abierto, algo que normalmente no me seduce, a no ser que la historia me atrape como ha sido el caso. Curiosamente, cuando creía que quizás la idea del autor era la de dejar este desenlace inconcluso por si en algún momento decidía retomar la historia con otro volumen, me entero de que esta novela es la primera de una trilogía y que la segunda parte se publicará en la próxima primavera. Ni qué decir tiene que la esperaré ansiosa…



CONCLUSIONES:
Esta novela te invita a echar un vistazo a lo más impúdico de nuestra sociedad, pero también a lo más real, no olvidemos que raro es el día en que no nos desayunamos con noticias de este calado, protagonizadas por algún tipo de red criminal que en nada se parecen a la mítica historia que en su día creara Mario Puzo y con la que llegó a convencernos de que hasta la camorra tenía su propio código de honor. Y lo más triste no es que exista esta clase de fauna, sino que hay otros muchos que los defienden: lobos financieros dispuestos a darles cobertura por una cuestión puramente crematística. Esos son los peores, los que viajan en jets privados o limusinas y abren bufetes a los que el resto de los mortales no tenemos acceso.

Por otro lado, la novela es absolutamente adictiva, ya que desde las primeras páginas, hasta el final, te mantiene en un sinvivir, esperando que la policía descubra la trama que a ti ya se te ha ido anticipando gradualmente y no ves el momento en que esto ocurra. El ritmo, a su vez, es trepidante y se conjugan toda clase de situaciones descritas con una meticulosidad manifiesta, desde la tragedia más inhumana a los sentimientos más puros y leales. En definitiva, Del Muro ha debutado con una novela apasionante que no dejará indiferente a nadie.




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